FLAMENCO
De
fondo oscuro y enamorado de su propio vértigo, abre el espacio... el destino no
se vocifera.
El
flamenco se va a lo hondo y toda música allí es un grito que busca su forma.
Rasga los límites de lo determinado y su atmósfera turbia envuelve mis ojos.
Son
obras de arte independientes, plenas de tonalidad y matices, las facciones y el
lenguaje de los gestos es un alfabeto de escorzos y estados del alma.
Fuego,
manos ávidas de plumas y cuerpos de arquitectura fantasma, arrojan luz
inabarcable sobre su peculiar aventura.
Música
callada... y una lágrima eterna
Alzais caminos en vuelo...vuestros viajes son los míos...
Gesto...
Dibujo del sonido de una ráfaga...
Empieza a trenzar el cielo...
Ellas pueden palpar las sombras...
Guitarra...voz y quejío...cántame, nómada de lo profundo
Cajón Flamenco...y me enseñó a contar:
agudos y graves... un dos, tres...un, dos, tres... y
Bailaor. Luna delgada, pálida, traslúcida...
Vibrante...
Dictado a ciegas con palillos y café...solo escuchando su compás